Real Madrid 0-0 Cádiz C.F.

 El último partido del año en el Santiago Bernabéu se cerró con un traspié del Real Madrid y un meritorio punto arrancado por un Cádiz que sufrió hasta la extenuación para no encajar un gol en Chamartín.

El partido había venido marcado por los casos de COVID de algunos jugadores madridistas en la previa. Las bajas no desdibujaban el once blanco que era reconocible (sólo Rodrygo y Modric faltaban de entre los titulares) pero estos escenarios en los que el ruido extradeportivo supera a lo meramente futbolístico, no suelen traer buenas consecuencias para los equipos.

En el once inicial blanco, Valverde y Hazard sustituyeron a Modric y Vinicius. El partido comenzó con un ritmo alto y se jugaba por completo en el campo del Cádiz. Sin embargo, el dominio del Real Madrid no se traducía en ocasiones de gol. En el minuto 23, cuando el frenético ritmo inicial había decaído, un zapatazo de Fede Valverde desde fuera del área fue bien repelido por Ledesma. Al margen de esta ocasión, el arquero argentino no tuvo que realizar grandes paradas en todo el partido si bien se mostró inconmesurable en los balones por alto. Y la cosa pudo ser aún peor si, en el minuto 25, Jaime Latre hubiera decretado la expulsión de Carlos Casemiro por una entrada por detrás a Iván Alejo que el trencilla despachó con una tarjeta amarilla, la quinta del brasileño que se perderá en San Mamés un duelo que se presume complicado para los blancos. Ni siquiera Vinicius, el jugador más en forma del equipo, o Karim Benzema, que cumplía 34 años, aparecían en el ataque, cuyo peso recaía principalmente en las subidas de Lucas Vázquez. Caso aparte es el de Eden Hazard. El belga que maravilló a la Europa futbolística en el Chelsea, no mostró en el primer tiempo nada de su repertorio.  Hazard es un jugador ciclotímico que no asomó en las acometidas del Madrid en la primera parte. Sin embargo, en la segunda mitad, en ese vértigo eléctrico que el Bernabéu y su equipo imprimen a los partidos cuando tocan a rebato, el belga quiso el balón, se asoció preferentemente con Benzema y acabó por aprobar el test de su reaparición. La primera parte acabó con la lesión de Lozano que fue sustituido por Álvaro Negredo.

Decía Jovellanos que solo le falta el tiempo al que no sabe aprovecharlo. Y el Real Madrid, que no había sabido aprovechar la primera mitad, metió una marcha más en la segunda. Sin embargo, en ningún momento pareció claro cuál era el plan de juego de los blancos. El desorden se hizo evidente cuando, en una jugada Militao y Alaba, los dos centrales, aparecieron simultáneamente en el área cadista. La acumulación de hombres en ataque, a los que se sumó Luka Jovic en sustitución de Valverde, no permitían atravesar la muralla amarilla en la que Akapo sobresalió sobre el trabajo de un equipo que se desempeñó con gran solidaridad. Y todavía pudo lograr el Cádiz un botín mayor porque en el minuto 74 una contra conducida por Rubén Sobrino dejó un balón franco a Negredo que con su zurda no acertó a embocar la mejor ocasión del partido. El encuentro continuó con la precipitación del Madrid que, con más empuje que fúitbol, encerró a los amarillos en su área pero sin llegar a disfrutar de ocasiones claras. Con una falta peligrosísima lanzada por Alaba desde la derecha del área contra la barrera y el posterior disparo de Kroos tras el rechace, atajado por Ledesma, Jaime Latre silbó el final del partido en el 94.

El empate a cero supone un balón de oxígeno para el Cádiz, predestinado a pelear por la permanencia y un paso atrás del Madrid que ve acercarse al Sevilla a la espera de los partidos de la semana que viene. El Sevilla recibirá el martes al Barcelona y el Madrid jugará el miércoles en San Mamés sin el amonestado Casemiro y los positivos por Covid (Modric, Marcelo, Rodrygo, Asensio, Bale y Lunin.)